En 1994 el Internet estaba empezando a convertirse en un medio masivo de comunicación. La mayoría de las personas pensaban que iba a generar una nueva cultura, más libre, mejor informada y una economía y un poder más descentralizado. Esto es lo que hacen las redes, se decía, distribuyen la información, el capital y el poder. Se sentía el entusiasmo utópico en el aire, ciertamente conectado con una sensación similar en los 60, donde la contracultura se imaginaba que iba a cambiar al mundo y que se acercaba una revolución a través del individualismo y la autoexpresión. Y, de hecho, muchas de las ideas de los hippies fueron centrales para lanzar la nueva era electrónica -y algunos de sus principales actores, como Tim Leary-, defendían el Internet como la nueva gran expansión de la conciencia.