Olvidadas entre las montañas que hoy separan los territorios de Chile y Argentina se pueden encontrar – en perfecto estado de conservación – huellas pertenecientes a los dinosaurios del Jurásico Superior que poblaron América del Sur. Estudios realizados hasta la fecha nos convencen de que en este lugar se preservan huellas de dinosaurios saurópodos, ornitópodos y terópodos (estos últimos los famosos Velociraptor que vimos en la película Jurassic Park) grabados en una superficie inclinada, debido al plegamiento de la Cordillera de los Andes.
La escasa promoción turística de la que goza dicho recurso, sumada a la alta popularidad que tienen las piscinas de aguas termales – el otro de los atractivos importantes del lugar – podrían hacer que un visitante poco informado pasase por alto las pistas que delatan su existencia mientras llega y deambula por Termas del Flaco. Únicamente Simón, autóctono y experto del sector, narrando la historia de su formación nos explica cómo estas pisadas llegaron hasta allí: “hace unos 150 millones de años, los dinosaurios que poblaban estos territorios de la XI Región de Chile huyeron aterrorizados, escapando de la violenta erupción de un volcán, dejando decenas de huellas impresas sobre el barro. Las cenizas arrojadas por la explosión cubrieron por completo estas antiguas pisadas, conservándolas en perfecto estado hasta el día de hoy”.
Termas del Flaco es un asentamiento compuesto por algo más de treinta inmuebles (Residenciales) cuyo único propósito es brindar alojamiento a aquellos que se deciden a recorrer más de 60 km por un camino cordillerano de tierra apto – si se maneja con mucho cuidado – para cualquier tipo de vehículo. Dicho asentamiento es habitado por unos seres “intermitentes” que solo hacen acto de aparición durante cuatro meses al año, desde Diciembre hasta Semana Santa – que es lo que dura la temporada. Espacio de tiempo en el que el frío y la nieve, típicos del crudo invierno en los Andes, ceden y les permiten repuntar desde San Fernando, ciudad ubicada a unos 100 km al noroeste.
El complejo de piscinas de Termas del Flaco es visitado principalmente por familias, grupos de amigos y parejas de la tercera edad. Estos se pierden por espacio de un fin de semana entre baños en aguas que superan los 70 grados centígrados y aplicaciones de lodos, que depositados en el fondo de las piscinas han ido acumulando con el tiempo un sinfín de propiedades. Nutrientes y minerales beneficiosos para la salud.
El atractivo de estas termas es tal, que incluso hay quienes no son capaces de esperar a que empiece la temporada y se abran oficialmente las instalaciones. En estos casos, la mejor opción es reunir linterna y dosis de adrenalina para adentrarse entre matorrales y otros obstáculos y, sin ser visto, llegar hasta las aguas. Definitivamente no es lo más recomendable, pero es una alternativa bastante interesante. Quizá, y en virtud de las condiciones que se logran reunir después del asalto – un cielo despejado de medianoche y cubierto de estrellas, el contraste entre el frío de la superficie y las altas temperaturas dentro del agua, la amplitud del paisaje, el profundo silencio y las energías de las montañas – no será extraño reconsiderar los cuentos del Sr. Vicente (propietario de una de las Residenciales) que con tanto ímpetu aseguró haber visto OVNIS visitar aquellos parajes.
Leave a Reply